Hace algunos años, le pidieron a un grupo de estudiantes que escribieran algo sobre el significado de la Navidad. Un estudiante escribió: “Navidad es cuando los cristianos celebran a Cristo.” Al maestro le gustó el trabajo, pero le pidió al estudiante que cambiara esa oración por “Navidad es cuando la gente celebra el amor.”
Algunos se preguntarán cuál es la
diferencia. Después de todo, los cristianos son gente y Cristo es
amor.
Sin embargo, hay una diferencia, y esa
diferencia es tan profunda que si la ignoramos, ignoramos el
significado de la Navidad y de Cristo.
Por supuesto que los cristianos son
gente. Pero no toda la gente es cristiana. Ser cristiano es mucho más
que ser buena persona. Se trata de convertirse en una nueva persona,
compartiendo un nuevo tipo de vida – la vida misma de Dios. La
Navidad no es simplemente el nacimiento de un niño, es el nacimiento
de una nueva humanidad. Todos mueren en Adán, en Cristo todos
vuelven a la vida. Por la fe y el bautismo somos partícipes de la
naturaleza divina. En cada misa, el sacerdote dice: “El agua unida
al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de
quien ha querido compartir nuestra condición humana,” mientras
agrega unas pocas gotas de agua al vino.
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